Hola.
No se porqué tengo la sensación de que tengo que escribir rápido. Noto cómo que tengo prisa sin saber el motivo. Que ya es cierta hora (las 13:25 para ser exacta) y me he pasado la mañana en el tuenti.
Desde luego, a lo tonto lo tonto, te absorbe.
Y el tiempo pasa sin darte cuenta, y una mañana se va volando, un tarde, un día, una semana...
Y de repente tienes 17 años y no sabes que hacer con tu vida. Es extraño, pero ocurre.
Y cuando pasa la gente recurre al duendecillo de la infancia.
¿No le conocéis? ¿No os suena?
Seguro que en realidad sí, pero quizá no con ese nombre.
Ese duendecillo es un duende verde (como todos los duendes, porque dime tú cuando se ha visto un duende amarillo o azul) que posee un baúl chiquitito cuyo contenido tiene un valor incalculable. Él guarda los recuerdos de la infancia. Y los tiene ahí, para mostrártelos de vez en cuando y que sientas nostalgia y así hacerte ver cuánto deseas volver hacia atrás, volver a ser pequeño.
Se encarga de hacerte ver cuánto has cambiado, lo que has crecido o lo que has madurado, si lo has echo claro, porque hay gente que teniendo ya sus 40 y tantos tienen una mentalidad de 12. Así está el mundo, en un desequilibrio sin igual.
Y siguiendo con el tema, ese duendecillo al enseñarte lo que hacías antes, como te divertías, a qué jugabas...Al mostrarte esos recuerdos hace que te des cuenta del presente. Tu presente.
Pero yo me pregunto, ¿qué echamos de menos?¿Nuestra infancia? ¿O lo que echamos de menos es no tener responsabilidades, divertirnos con cualquier cosa, ser felices con pequeños gestos, que nuestra mayor preocupación fuera conseguir todos los cromos o que no fueras el último en el pilla pilla?
Yo si echo de menos algo es la simpleza de los niños. Diría inocencia, pero es que esa es una virtud que veo que se está perdiendo. Y me dí cuenta cuando estando en la piscina oí a unos niños que tendrían 7 u 8 años hablando de la serie de F y Q, diciendo que uno quería ser Gorka y que se iba a liar con Ruth. Cuando lo oí, sinceramente, se me cayó el alma a los pies.
Por eso digo que quiero la simpleza, la simpleza de los sentimientos. Porque a cierta edad los sentimientos y emociones se acumulan y se lían y ya no sabes lo que sientes, cosas tan complicadas cómo el propio amor.
¿Quién habla de amor a los 5 años? A esa edad esa palabra no existe. Si existe que de repente un día llegas a casa y te preguntan tus padres que tal y entonces les dices que tienes 3 novios: Pedrito, Juan y Luis. ¿Ya desde chiquitita apuntabas maneras?
Así que ya os digo. Ser amables con el duendecillo verde. Ya sabéis a quién me refiero: a Peter Pan. Portaos bien con él, pero nunca le pidáis que os lleve a Nunca Jamás porque no lo hará.
Experiencia propia.
Ciao
domingo, 18 de abril de 2010
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Mi Rincón
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3 Comments »
Aiis como adoro a ese duendecillo!!
♪♪Si te llevas mi niñez, llevate la parte que me sobre a mi♪♪
Me encanto esta entrada Sister!
=D