Aquel la voz dulce y suave me había hecho aguantar, pero estaba demasiado débil y me rendí ante el cansancio. Entonces, me quedé inconsciente....
Capítulo 2
Abrí los ojos e intenté enfocar. Estaba otra tumbada lo que hizo que me alertara y me levantara a toda prisa. Esta vez si me pude levantar, pero al instante me mareé. Intente equilibrar mi cuerpo y situarme. Miré mis pies y una vez que pequeño mareo remitió subí la vista para ver donde me encontraba. Comprobé con alivio que no era madera lo que me rodeaba y que había perdido de vista el ataúd. Al recordad donde había estado encerrada, la voz de aquel extraño que me había sacado de allí sonó en mi cabeza y tuve una gran necesidad de volver a escucharla y saber a quien pertenecía; pero primero debía saber donde localizaba yo. Hice un esfuerzo para poder ordenar mis pensamientos y centrarme. Aunque ya tenía los ojos abiertos, no me día cuenta hasta después de un tiempo que la estancia donde me encontraba parecía la habitación de un hospital.
-Vaya, si estás despierta. Aunque no creo que tengas muchas fuerzas así que será mejor que te vuelvas a acostar
Acababa de entrar un hombre de pelo negro con bata blanca que debía ser el médico. Le miré y me sonrió. No dude en hacerle caso y volver a sentarme.
-Bueno, ¿Qué tal te encuentras?-me preguntó mientras se acercaba. No me gustó esa pregunta, porque es la que te suelen hacer después de haber pasado por algo medianamente grave.
Esperé a acomodarme en la cama y taparme con la sábana para contestarle
-Bien… bueno…no se… ¿Dónde...Que hago aquí y por que? ¿Qué me ha pasado?
-Esperaba que me lo pudieras decir tú- lo decía preocupándose realmente, pero solo pudo hacer que me sintiera mal. Debí poner cara de pena porque el volvió a hablar rápidamente
-Bueno, si no te acuerdas no te preocupes. Aquí estamos para que te recuperes. A lo mejor es una secuela. Seguro que luego te acordarás.
Volvió a sonreír
-si... luego… ¿Pero qué me ha pasado?
-Pues nada grave. Un chico te trajo porque estabas inconsciente. Tenías algunas magulladuras en las manos y un moratón en la cabeza
Inmediatamente al oír eso mire mis manos… era cierto estaban llenas de heridas. Y me toqué la cabeza. Me dolía.
-Pero ya has despertado y pareces estar bien que es lo importante
Todo lo decía sonriente. Y no era una sonrisa forzada, era una sonrisa natural que hacía al hombre ciertamente atractivo y me hacía sentir segura
-¿y mis padres?
-Bueno, la verdad es que no sabemos quién eras así que no pudimos contactar con nadie de tu familia. Se lo preguntamos al chico pero decía que no te conocía. Que simplemente te había encontrado así y al ver que necesitabas ayuda te trajo lo más rápidamente.
-Ah…bueno… ¿puedo llamarles?
-Si te acuerdas del número…
Eso último lo dijo dudando. Era extraño. Yo siempre había visto en las serias y en las pelis que cuando te despertabas de estar inconsciente lo primero que hacían era coger e intentar abrir tus ojos lo máximo posible y acto seguido enfocarte con una mini linterna pequeña pero siempre de gran potencia, hacerte la típica pregunta de “¿Cuántos dedos ves?”, y después preguntarte quién eras y si te acordabas de tu nombre, tu dirección…
Pero él no, y la verdad es que lo agradecía.
-Bueno, que me dices, ¿te acuerdas del número de tus padres?
-ah. Si, si
-Bueno yo ahora me tengo que ir. Voy a mandar a una enfermera para que te tome notas y así podamos contactar con ellos
-de acuerdo
- te dejo sola, no tardará mucho.
Me guiña el ojo
-No pienso moverme
Sonríe y sale de la habitación.
Sola. Ahora estoy sola y lista para pensar. Me vuelvo a mirar las manos. Lo que es la memoria no la he perdido. Me acuerdo de todo...pero aún así… Un ataúd. ¿Qué hacía yo en un ataúd? ¿Quién me había metido allí? ¿Y por que?
Empieza a recrear en mi mente todo lo que había ocurrido cuando llaman a la puerta.
Empezar de nuevo
Hace 3 años
Jodida crack!!jajajaja
De verdad sister eres buena escbribiendo, y me estoy enganchando a la historia xD!