Carpe Diem

Querido amigo imaginario:

Desde que cumplí los 6 años ya no te veo tanto como antes. Has desaparecido. No sé dónde estás, ni por dónde andas. Te echo de menos cuando antes jugábamos a las tacitas, o cuando nos dábamos una vuelta por el espacio. Sin ti el cohete lunar no arranca, y además necesito un compañero para que me avise de los peligros del planeta de los osos azules.
Aunque a veces mamá me reñía, tu eres mi mejor amigo, y siempre me lo he pasado muy bien contigo.
Mamá dice que te has tenido que ir. Que debías volver a tu verdadero hogar, pero la he oído hablar con papá de ti. Decían que no me hacías ningún bien y algo relacionado con el mundo real que no he entendido. Los adultos son raros.
Aunque a veces me vengas a ver, ellos me han dicho que no hable contigo. Les pregunté por qué, pero no me supieron contestar, para variar.

El otro día vino a verme un señor que parecía simpático, se llama psicólogo infantil. Me hizo muchas preguntas, sobre mí sobre ti, sobre papá , sobre mamá, sobre el cole...
Jugamos un rato y me pidió que te dibujara. El dibujo le gustó muchísimo y así que se lo regale. Luego habló con papá y mamá y no sé de que hablaron, pero mamá parecía más tranquila.

Bueno, ya me tengo que ir que mamá me va a llevar al parque a jugar con mis nuevos amigos. Espero que estés bien.
Te echaré de menos.

Besos.
Tu mejor amiga.