Y disfrutar, sin sentido alguno, de la vida.

Bajar escaleras, subir en ascensor.
Despertarte con la cándida luz del amanecer,
y pensar que solo quieres sumirte de nuevo en tus sueños.
Despertar, y querer recordar.
Viajar, e intentar memorizar cada detalle
cada lugar, pensando si regresarás.
Una cámara sin flash,
fotos oscuras en las que nada se ven.
La memoria, vídeos de vivencias y experiencias sin más.
Recuerdos que se dañan y la fantasía recompone.
No hay más.


Es la vida, un recorrido, un camino con un solo billete de ida
¿Y el de vuelta? ¿Donde está?
¿Para que lo quieres, si puedo preguntar?
Solo volverás tú sobre las andadas,
pero los demás ya no estarán.
¿De verdad quieres volver y comprobar la soledad?
Un maldito castigo que no te permite aprender.
Una habitación, tu celda, tu templo.
Cierra la puerta y nadie te molestará.
Falta que se pronuncien las palabras
para que los hechos contrarios vengan a danzar.
Baile, música, todo un frenesí.
Sonrisas y lágrimas, películas y páginas
de libros que jamás serán leídos.
De diarios que siempre serán recordados.
De cartas que nunca revivirán.
No hay más.

miércoles, 11 de agosto de 2010 Posted in | | 0 Comments »

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