Retomo después de una semana cansada y completita de exámenes y otras circunstancias. Digamos que estas circunstancias son como muros de ladrillos, y por culpa de ellos no hago más que dar tumbos, porque me he chocado con ellos varias veces pensando que los podía derrumbar. Pero no. Así que decido parar y meditar.
Hoy los EMA en Madrid, y yo muerta de asco delante de mi portátil escribiendo y pensando en la cantidad de trabajos y exámenes que me vienen encima. Superficialidad.
Mientras, gente muriendo al otro lado del mundo. ¿En que parte del contrato ponía que la vida era justa? Exacto. No lo ponía. Número ilimitado de cláusulas, que poco a poco vamos descubriendo. Y a la vez que vamos terminando de leer el contrato la vida se va apagando, porque "todo lo que nace se apaga".
En fin... el cielo está encapotado (¿quién lo desencapotará?). Con el buen día que hacía ayer. Es curioso lo que puede afectar al estado de ánimo unos simples rayos de sol. Que poder tiene.
O el hecho de que desde hace ya bastante tiempo, de noche, si te asomas, en Madrid ya no se ven las estrellas. Y ya puede estar el cielo completamente despejado, que apenas verás dos o tres puntitos brillantes... o no, espera ese se mueve, ese es un avión, y ¡oh! ¡otro ha desaparecido así como así! ¡Mamá, un ovni!
Estrellitas, estrellitas que surcáis el cielo ¿donde estáis? ¿por qué os escondéis?
Y ellas responderán: no nos escondemos, sois vosotros que nos queréis eclipsar.
Cierto es. En parte. Pobres. Nacer estrella y que nadie las aprecie.
Bueno. Confieso aquí mi debilidad por Dani Martín y su música. Y con motivo de que hace poco ha sacado disco, os dejo una de las mis canciones favoritas:
Espero que la disfrutéis y que empecéis la semana con mucho ánimo.
Un abrazo.
PD: gracias a mi nueva seguidora Marian y pasaos por su BLOG. No os arrepentiréis :)
Empezar de nuevo
Hace 3 años
qué entrada más profunda...y sabia.